El futuro de la movilidad después de la cuarentena
El COVID-19 afectó a todas las industrias y aún no podemos vislumbrar con claridad el alcance que tendrá a mediano plazo. ¿Qué pasará cuando se levante la cuarentena?
Por: Joaquín Di Mario para diario Clarín.
El COVID-19 obliga tanto al sector público como al privado a repensar los planes a diario y a ajustar las acciones. El transporte público se constituye como un elemento fundamental para la actividad productiva de las ciudades y en la actualidad es uno de los espacios donde más control hay que tener para evitar la propagación del virus.Newsletters Clarín Lo que tenés que saber hoy
Sin embargo, debemos tener en claro que el mismo es un servicio esencial y primario que permite democratizar el mercado y que necesariamente debe continuar, y no considerarlo dentro de rubros que más sufrirán como viajes aéreos o turismo.
En vista de las decisiones actuales de algunos gobiernos, el escenario a corto plazo (de abril a junio) se verá ampliamente afectado por los decretos de aislamiento social de cada país: Las actividades más afectadas son aquellas de recreación, que disminuyeron un 72% en Latinoamérica y un 86% en Argentina; o el uso de espacios públicos, que disminuyó un 71% en Latam y un 89% en Argentina. Los indicadores con menor impacto son aquellos que implican necesidades de primer orden, como trabajar o volver al hogar, que seguirán siendo una necesidad primaria para todas las personas.
Una mirada fundada en los datos vigentes, indica que las decisiones tomadas por algunos gobiernos en el rubro del transporte público fueron acertadas. Esto queda reflejado en la comparación de los indicadores de movilidad con la propagación del virus y las muertes hasta el momento. Países como Argentina y Colombia, en donde se redujo en más de un 80% la presencia de personas en las estaciones de transporte público, presentan un índice de contagio mucho menor contra países como Brasil, donde la situación es más crítica. Así, la decisión de que el uso del transporte público sea moderado, controlado y que su actividad retome poco a poco a la normalidad es un camino correcto.
EL FUTURO DEL TRANSPORTE PÚBLICO EN LATINOAMÉRICA. Los análisis vigentes coinciden en que las industrias en mayor o menor medida se estabilizarán entre junio y noviembre y la recuperación comenzará recién a partir de diciembre de este año.
El escenario cambiará para siempre las actividades de las personas y las empresas. En este marco, existen demasiadas razones que nos indican que debemos seguir apostando para el transporte público al enfoque integrador y sustentable de la movilidad: El gran tamaño del mercado, con más de 250 millones personas en Latinoamérica con pérdidas de tiempo al desplazarse.
La crisis del COVID-19 dejó en evidencia cómo mejoran las ciudades con menos automóviles en circulación y sacó temas muchas veces olvidados, como el cambio climático y la contaminación. Esto reivindica el papel que deben tener los decisores para implementar políticas de fomento al uso del transporte público.
Nuevas alternativas de movilidad, como monopatines eléctricos o bicicletas públicas, son integradas día a día a nuestra plataforma para que cada vez contemos con más opciones de movilidad hacia nuestros destinos favoritos.
Las proyecciones de crecimiento son elevadas para el rubro: el mercado global de la Movilidad como Servicio (MaaS), se proyecta en U$S 370 Billones para 2026.
El COVID-19 no debería afectar el futuro de nuestra actividad pasados los próximos 6 meses, sino que al contrario, esperamos que un mejor entendimiento de las personas nos permitan salir favorecidos adaptándonos a los cambios del mercado.
El transporte público es y será un servicio esencial en las ciudades, y aunque las condiciones cambian, las soluciones que tienen perspectiva a futuro apalancadas en la tecnología, con foco en sustentabilidad e impacto socio-ambiental, seguirán siendo el motor movilizador que nos harán salir de esta crisis.
*Imagen de portada: Bogotá, Colombia. 27/04/2020.- Trabajadores y ciudadanos se aglomeran en las calles luego de conocerse un decreto que permite, entre otras cosas, el regreso a las labores para el sector de la construcción durante la pandemia de la COVID-19. Foto: EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda