Transformación de la movilidad en la Ciudad de México
¿Cómo es posible lograr una modernización de la movilidad a través de un transporte más integrado y asequible para la ciudadanía?
La Ciudad de México es una de las metrópolis más pobladas del mundo con casi 22 millones de personas y una de las ciudades más complejas de transformar en el ámbito de la movilidad, sumando más de 34 millones de viajes diarios en la zona metropolitana.
La expansión urbana que ha experimentado la ciudad, ha promovido la concentración de empleos y servicios en áreas centrales y un crecimiento acelerado de vivienda en municipios de las periferias con mayor marginación socioeconómica. La dotación desigual de infraestructura de transporte en estas áreas ha puesto en mayor desventaja a las personas más vulnerables, invirtiendo más tiempo y dinero en sus traslados, además de experimentar viajes más incómodos en más de un modo de transporte.
En ese sentido, transformar la movilidad es atender la interseccionalidad de las desigualdades urbanas; reducir las brechas socioeconómicas a través de un mejor transporte, integrado y asequible.
Transporte integrado, la clave de la modernización de la movilidad
La integración de los distintos modos de transporte público en una misma Red de Movilidad Integrada, desde su identidad gráfica hasta su operación y forma de pago, obedece al mejoramiento de la experiencia de viajes con encadenamiento de diversos modos de transporte.
De la misma manera, la extensión de la Red de Movilidad Integrada parte de la misma premisa, con proyectos como las nuevas líneas de teleféricos para atender a más de 170 mil familias todos los días; la Línea 10 de Trolebús en Iztapalapa que será la más larga en Latinoamérica con más de 300 mil usuarios al día; la ampliación de 35 km de tres líneas de Metrobús (BRT) a los lugares más lejanos; la remodelación de los Centros de Transferencia Modal; la modernización del Tren Ligero y la Nueva Línea 1 del Metro que funge como la columna vertebral de la ciudad, distribuyendo a más de un millón de personas al día; el resurgimiento del Trolebús de la ciudad con la adquisición de 500 unidades y 300 mil personas beneficiadas; o la reforma del transporte concesionado que sustituye casi 5 mil microbuses por nuevas unidad bajo una operación más eficiente al convertir el servicio en un esquema empresarial.
Invertir en transporte público de calidad es una política social y de redistribución económica, no sólo una política de transporte. Bajo la lógica de acercar las principales áreas de trabajo, recreación y servicios a los lugares donde habita la mayor parte de la gente y donde nunca se había invertido.
Más de un millón de personas más pueden acceder a un sistema de transporte estructurado, principalmente personas que habitan en las periferias de la ciudad. Lo que la Ciudad de México ha experimentado en los años recientes es sólo el inicio de una modernización de la movilidad que debe continuar.