En América Latina las personas con limitaciones auditivas, visuales y motoras,  sortean diferentes obstáculos para llegar al trabajo, a la universidad y a distintos puntos urbanos. ¿Cómo se movilizan por la ciudad las personas con discapacidad?

Empezar nuestra jornada con un trayecto organizado puede ser la clave para un día exitoso. Imaginemos que tenemos por delante un listado repleto de tareas. Salimos de casa y emprendemos nuestro viaje, pero nos encontramos con situaciones adversas: las rampas y los semáforos sonoros escasean, o simplemente, las baldosas de las calles juegan una mala pasada. 

Las barreras que encontramos al paso suelen ser físicas y operacionales, frente esto, como comunidad nos preguntamos ¿Cómo podemos acompañar a las personas con diversidad funcional en sus trayectos? 

En el caso de América Latina, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) nos presenta la siguiente estadística: entre el 5 y el 24% de la población de la región cuenta con alguna discapacidad, es decir, un total de aproximadamente 66 millones de personas. Aún queda mucho trabajo por delante, y el panorama exige el desarrollo de políticas públicas que garanticen una integración plena de los ciudadanos y su derecho a la movilidad segura. 

Algunas mejoras que podrían implementarse:

  • Construcción de rampas y elevadores que permitan el acceso a las estaciones de trenes, subtes y paradas de buses 
  • Mejorar el estado de las calles y su iluminación 
  • Señalización específica para peatones
  • Capacitación continua de choferes para acompañar a las personas con discapacidad
  • Aumentar la frecuencia de los vehículos para disminuir los tiempos de espera

Como ciudadanos podemos contribuir a esta mejora

  • Ayudar a desplazarse a las personas con movilidad reducida o disminución visual en la ciudad
  • Respetar los asientos preferenciales en los buses
  • No obstaculizar el acceso a las rampas con vehículos

¿Hacia dónde vamos? La tecnología puede ayudarnos 

Las smart cities nos ofrecen entornos sostenibles y una optimización del espacio público. El papel de la tecnología resulta vital para implementar soluciones prácticas que mejoren el desempeño de nuestro transporte y la organización urbana, donde podamos desplazarnos de manera sencilla y segura.

El caso de Barcelona es un gran ejemplo que ilustra un modelo de accesibilidad inclusivo y diverso. Una ciudad inteligente que garantiza una mejor calidad de vida con reducción de emisiones, implementación de paneles solares en paradas de autobuses y sensores de ruido. Estos cambios fueron posibles por la coordinación de entidades públicas y privadas, como así también, gracias a la voluntad de los ciudadanos al aceptar y promover cambios en sus rutinas.

En comunidad es más fácil y mejor

Las aplicaciones móviles pueden acompañar a las personas en sus trayectos diarios, brindando alternativas eco sustentables para el transporte y un abanico de posibilidades en tiempo real.

Ualabee ofrece, entre otras funcionalidades claves, un chat donde sus usuarios pueden intercambiar información sobre lo que sucede en la ciudad, sugerir trayectos y unidades de transporte óptimas para un desplazamiento eficaz. Este servicio puede fomentar un diálogo entre personas con discapacidad donde intercambien sugerencias y consejos.

Además, en los listados de horarios de los buses, se muestran las unidades de transporte que incluyen rampa, una opción útil que permite organizar la rutina del día sin perder tiempo y de forma planificada.

Habilitar posibilidades de accesibilidad universal es un aporte que invita a construir un ambiente más igualitario y respetuoso para todos. 

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