El transporte público sufrió una fuerte sacudida tras el COVID19 y hoy se re elaboran sus estrategias para acompañar a l@s usuari@s.
Para salir a flote, resulta necesario una respuesta coordinada de parte de organismos gubernamentales y entidades privadas, que evalúen mediante estudios exhaustivos, la incorporación de los ciudadanos nuevamente a los buses, trenes y metros.
¿Cómo resuelven este problema otros países?
¿Qué se está haciendo para evitar la propagación del coronavirus? ¿Conservaremos las mismas prácticas de siempre?
En Shenzhen China, se toma la temperatura a sus usuari@s y choferes. Higienizan las unidades de transporte luego de cada viaje y los tapabocas son obligatorios para quienes conducen los medios de transporte como para l@s que los utilizan. Además, se llena el 50% de la capacidad tradicional y se delimita el piso con marcas que establecen la distancia entre personas.
En otras partes del país asiático se establecen puntos de sanidad cerca de los transportes públicos, donde se controla la temperatura y a los que se arriman voluntariamente personas para escanear un código QR y registrar sus nombres para un rastreo de contactos.
No hay dudas de que China cuenta con tecnología y recursos económicos abultados que le permiten el empleo de tecnología de alta punta como luces ultravioletas y robots para desinfectar unidades de transporte.
En muchos lugares de Europa se suele bloquear la puerta principal para preservar a l@s conductores y la gente ingresa por atrás.
En el caso del transporte británico, para evitar aglomeraciones en trenes y estaciones, habrá guardas de seguridad organizan las multitudes en algunas estaciones de tren en el país.
Desde el mismo gobierno de Inglaterra, se ha pedido a la ciudadanía, reservar franjas horarias para arribar a las estaciones o limitar el número de viajeros en servicios específicos. Además algunas compañías de movilidad bloquearán asientos con el fin de distanciar pasajeros, y si una unidad se llena en las horas más tempranas, el tren podría no parar en otros destinos del recorrido.
Finalmente, Grant Shapps, el Ministro de Transporte determinó que la vuelta al trabajo será escalonada.
En Holanda implementan trenes largos y anchos, en Milán al igual que en Shenzén China, se delimita el suelo con cintas para evitar la cercanía.
En Australia intentan paliar el efecto del virus barriendo y desinfectando sus transportes en la medida de lo posible.
No existen dudas de que el transporte es vital para el desarrollo de sociedad. Sin su funcionamiento muchas personas quedarían excluidas de la posibilidad de trasladarse a su espacio de trabajo y esto traería graves consecuencias para la economía.
Sin olvidar el impacto de los medios de movilidad sobre el medioambiente, desde Ualabee apuntamos una vez más al uso del transporte público, evitando la conglomeración de automóviles y del efecto masivo del dióxido de carbono.
¿Y tú cómo crees que serán los viajes en transporte en tu país? ¿Tienes sugerencias para aportar? ¡Deja tu comentario!
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