Durante este último tiempo hemos visto como la desaceleración de las actividades mundiales ha impactado de manera positiva sobre el medioambiente. Ni la epidemia de la gripe española, la Gran Depresión y el fin de la Segunda Guerra Mundial redujeron tanto las emisiones de CO2 como el coronavirus. Sin embargo, existe un lado B de esta situación que vuelve a desestabilizar el planeta.
El mundo ha vuelto a producir toneladas de plásticos. Muchos de ellos descartables, como barbijos, mamparas de división entre personas, guantes, batas, viseras, jeringas y máscaras de protección del personal de la salud. Los materiales que reúnen estos artículos son el metarcrilato, policarbonato, entre otros. ¿No sería una buena idea que se produzcan elementos biodegradables? Nos quedamos con ese interrogante.
Esto nos lleva a pensar que el compromiso individual en relación con el medio ambiente luego de la pandemia, deberá ser sostenido en el tiempo por cada un@ de nosotr@s.
Si bien el planeta y sus diferentes especies de animales experimentaron un respiro momentáneo con la cuarentena y el aislamiento, todo indica que el compromiso personal con la tierra es ahora.
¿Qué podemos hacer? En este link puedes encontrar muchos consejos para aplicar en tus rutinas y dar batalla a la contaminación ambiental. Te prometemos algo, son sencillos y prácticos, cuestan poco o casi nada de dinero, y generan cambios significativos. ¿Te das una vuelta por allí y lo compruebas?
Cuando nuestras actividades vayan normalizándose, no olvides optar por el transporte público y dejar el automóvil en tu hogar siempre que puedas. Este será tu gran aporte al medioambiente, que se verá reflejado en un mayor dinamismo en las calles.